sábado, 21 de mayo de 2011

Videntes Y Otros Mamarrachos


Los profetas gozan del mismo privilegio que los políticos: por mucho que fallen en sus predicciones siempre quedan suficientes clientes dispuestos a creerles. Hay televisiones basura (y no me refiero ahora a Canal Nou o Telemadrid) cuya programación se nutre de consultorios sentimentales, de profetas casposos, de un lumpen de adivinos que vaticinan amores imposibles, divorcios dramáticos, golpes de suerte y recaídas de problemas de salud, sin que los clientes engañados acudan, que se sepa, a los tribunales por haber sido objeto de fraude en la percepción de un servicio.
Son atracos a la inteligencia a escala reducida, una pequeña delincuencia de menudeo que nadie parece estar interesado en regular, no vaya a ser que a continuación alguien lleve una hostia consagrada al juzgado acusando al cura de fraude manifiesto.
Hay, eso sí, otros profetas (iba a decir “falsos profetas”, pero es una tautología) cuyas predicciones pueden suponer robos a gran escala, que en lenguaje técnico se les conoce como analistas de mercado, grandes financieros o especuladores. Siempre aciertan mediante el método de manipular los mercados con sus falsos vaticinios. Como se sospecha que acaba de ocurrir en Taiwan, donde un profeta, el llamado “maestro Wang”, ha vaticinado para el próximo día 11 un terremoto de 14 grados (¡se sale de la escala de Richter!) y un tsunami de olas de 170 metros.
Para empezar, el adivino ya cuenta con la primera víctima, a la espera de lo que ocurra pasado mañana; un ciudadano que se ha suicidado porque al parecer prefería morirse antes que ahogarse (¿). Pero, sobre todo, hay gente que ha comprado precipitadamente refugios en las montañas, en cotas superiores a los 170 metros de altitud, por supuesto, a precios de escándalo… y no se descarta que el tal Wang esté detrás del negocio inmobiliario.
Aquí, nuestro casposo profeta de los desastres, Mariano Rajoy, el que predijo la destrucción del matrimonio, los hilillos de plastilina del Prestige, el triunfo de ETA, o el fin del mundo por culpa del aborto, nunca ha acertado un vaticinio. Pero las encuestas auguran que a pesar de todo va a dar un pelotazo, como el maestro Wang. No sé cómo se las arreglan, pero los adivinos siempre ganan con las crisis.




Extraido de la seccion de politica de la web musicayvino. Me parecio un articulo bastante interesante para compartir

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